
La Fábrica Textil Imbabura fue uno de los ejes y motor para el desarrollo socioeconómico de Atuntaqui y, sin lugar a dudas, fue un fundamento y argumento decisivo para aprobarse su cantonización.
Varios de quienes lucharon con ahínco por la cantonización, fueron directivos, empleados y obreros de la fábrica.
Existieron algunas razones para que los atuntaqueños, ya a inicios del siglo pasado, opten decididamente por independizarse de la tutela de Ibarra:
– Por esos años la capital de los imbabureños parecía estar muy lejos de Atuntaqui, no todos los habitantes del pueblo conocían la ciudad de Ibarra, las personas se trasladaban a pie, con mulas o caballos.

– Las ayudas económicas del Estado para el pueblo de Atuntaqui fueron siempre muy limitadas, la mayoría de dinero se quedaba en Ibarra.
– La razón más influyente y decisiva para tomar el camino de cantonización fue la característica de los hombres y mujeres sin par de Atuntaqui.
Estas personas tenían un en la región: trabajadores, muy valientes, orgullosos, extraordinariamente creativos, con espíritu de autonomía y grandes deseos de progreso, cualidades hasta hoy en día mantenidas.

Se desarrolló la primera sesión del cabildo, un 2 de marzo de 1938, en esta sesión inaugural se nombró, por voto nominal, a Julio Miguel Aguinaga como presidente del municipio; la vicepresidencia recayó en el ingeniero César Frixone y la secretaría en el señor Daniel Calderón.